¿Cuántas obras de arte realizadas por mujeres y ubicadas en el espacio público del centro de Madrid, conoces? Cuéntanos! 👇👇 Tic, tac... seguramente te habrás cansado de pensar antes de que se te ocurran dos. Efectivamente, si las mujeres han hallado grandes dificultades a lo largo de la historia para desarrollar profesionalmente el ejercicio de la creación, todavía ha sido más complicado para ellas conquistar el espacio público, vinculado tradicionalmente a lo masculino, con los resultados de dicho ejercicio. Entonces, ¿Es que las mujeres no han tenido relación con las disciplinas artísticas? Por supuesto. Además de los roles tradicionales de modelos y musas, a lo largo de la historia del arte encontramos mujeres coleccionistas, mecenas, galeristas, y algunas que, contra viento y marea decidieron continuar adelante con su pasión y ejercerla de manera profesional. ¿Qué hay de estas artistas? Si existían, ¿Cómo es que apenas estamos empezando a hablar de ellas? La moral burguesa del siglo XIX, que es cuando se desarrolla la historiografía del arte, vetó especialmente la independencia creadora de la mujer, relegándola mayoritariamente al ámbito del hogar. Así, el canon marcado por las primeras publicaciones de este tipo fue, casi exclusivamente, masculino. Esto se ve también reflejado en las colecciones de los museos, que se crean al calor de dicha historiografía. El resultado: una visión androcéntrica del arte. ¿Y en Madrid?, ¿Qué lugar ocuparon y ocupan las mujeres dentro del panorama artístico de la ciudad?, ¿Están en los museos?, ¿En las obras de arquitectura y escultura urbanas? Si no las vemos allí, ¿Están en otro lugar?. Durante este paseo por el centro de la ciudad, intentaremos responder a algunas de estas preguntas y plantearemos otras nuevas que quedarán sin responder, con el objetivo de generar un ámbito de reflexión que nos incite a buscar nuevas vías de convivencia. Compartiremos historias, anécdotas, opiniones y, sobre todo, traeremos a nuestros labios el nombre de muchas mujeres, de grandes y pequeñas historias, pero todas ellas con un elemento en común: la pasión por la magia de la expresión artística.